Revolucionario, como describió el momento que atravesamos Tyson Evans. Así sentí que fue el Hackatón de Hacks/Hackers Media Party. Lo viví con intensidad, explorando proyectos fantásticos, conociendo gente que hace cosas sorprendentes y con la sensación penetrante de que el periodismo puede ser reiniciado. Y acá, como saben, nada es imposible.
Como en cualquier hackatón que se precie, se presentaron ideas y proyectos para todos los gustos. Desde un mapa de femicidios y una visualización de la deforestación del Chaco, pasando por hacks al Censo 2010 o a los votos de nuestros legisladores en el Congreso, hasta el estudio de datos para verificar o desmitificar la tormenta de Santa Rosa y la conversión de las estadísticas oficiales en un juego llamado magistralmente Angry INDEC.
Me sumé y trabajé junto al equipo de Bikestorming, un proyecto que vengo siguiendo de cerca y en el que creo sin titubeos. Además de la muy buena presentación de Mati Kalwill, la propuesta combina tres elementos que realmente me apasionan: tecnología, bicicletas y ganas de cambiar el mundo.
Trabajamos para crear un mapa —utilizando Ushahidi— que permitiera a personas de cualquier lugar del mundo reportar desafíos, proponer ideas y co-crear soluciones para integrar a la bici como transporte preferencial en su ciudad.
